La digestión anaerobia de esos hidrocarburos, con las bacterias adecuadas, genera hidrógeno en el subsuelo y sin usar electricidad.
La empresa dice haber conseguir una fase inicial exitosa en laboratorio, y que ha trasladado las bacterias a trabajar a un pozo abandonado. Con el tiempo, han medido concentraciones de hidrógeno del triple por encima de lo normal, por lo que parece funcionar. A esto le llaman hidrógeno de oro, porque no produce emisiones ni requiere cantidades monstruosas de energía renovable.
En muy poco tiempo, trasladamos nuestros microbios del laboratorio al pozo. La producción de hidrógeno en esta prueba superó nuestras expectativas. A medida que continuamos utilizando microbios productores de hidrógeno en el fondo del pozo, anticipamos que podemos lograr tasas que se traducirán en una producción de hidrógeno de 1 dólar/kg o menos»
Zach Broussard, director de Gold H2 en Cemvita
Este hallazgo puede ser muy interesante para la industria petroquímica, porque sus yacimientos cerrados, que son activos que no les dan ya ningún beneficio, pueden volver a ser fuentes de riqueza. Está por ver qué volúmenes se pueden obtener de cada pozo, ya que las bacterias… digamos que se toman su tiempo en producir los metros cúbicos de hidrógeno.
El negocio del hidrógeno verde se valoró en 300 millones de dólares a nivel mundial en 2020, y para 2028 alcanzará los 9.800 millones, según las cifras aportadas por Cemvita. Huelga decir que no pocas empresas estarían interesadas en producir hidrógeno sin las costosísimas inversiones que suponen las instalaciones que se usan hoy día, con el estado de la técnica tal y como estaba. Gold H2 LLC no cotiza en bolsa, es 100% de Cemvita.