Unos días después de que la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y el presidente, Gustavo Petro, confirmaran en Suiza que Colombia no firmará nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, el ministro de Clima de Dinamarca, Dan Jorgensen, dijo en su cuenta de Twitter que su país estaba dispuesto a apoyar a Colombia en una transición paulatina, porque, tal como se destacó durante el Foro Económico Mundial, la transición energética es necesaria, pero debe ser paso a paso.
Todo empezó cuando la ministra Vélez dijo en uno de los paneles en los que participó en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, que, como parte del compromiso con la descarbonización del mundo, Colombia ya no firmaría nuevos contratos de exploración y explotación de gas natural ni petróleo.
Unas horas más tarde, el presidente Petro la respaldó, aunque aclaró: “No es que se suspendan los contratos actuales de explotación y de exploración, esos siguen vigentes. Pero la labor que hemos hecho en estos meses ha hecho que las reservas de gas actuales de Colombia ya alcanzan para el consumo interno en un periodo entre 2037 y 2042. Los que dicen entonces que la transición debe ser más larga, pues están absolutamente en contra de la ciencia”.
El pronunciamiento de Petro fue posterior a una declaración de Felipe Bayón, presidente del Grupo Ecopetrol, quien también asistió al Foro Económico Mundial, donde explicó que, si bien el país todavía es dependiente de los recursos que la empresa genera gracias a la explotación de hidrocarburos y combustibles fósiles, Ecopetrol también trabaja en un plan de diversificación e innovación que incluye pilotos de producción de hidrógeno, captura de carbono, granjas solares y la línea de transmisión eléctrica gracias a la compra de ISA.
Y posterior a los trinos del director de Crédito Público, José Roberto Acosta, quien dijo en su cuenta de Twitter que la transición energética tomaría al menos 20 años y que, mientras tanto, el país seguiría necesitando los recursos que le ingresan por impuestos y regalías a los hidrocarburos, así como de los dividendos de Ecopetrol.
Las cuentas del gas natural
El cálculo de reservas de gas natural que hacen el presidente Gustavo Petro y el Ministerio de Minas y Energía incluye los tres descubrimientos de Ecopetrol en 2022, que siguen en estudios técnicos para confirmar si es viable y rentable para la empresa o no extraer ese gas y venderlo en el país. Es decir, si ese gas se podrá contabilizar como reservas probadas, probables o posibles.
En el mundo técnico de los hidrocarburos, esta clasificación permite calcular con cuánto gas o petróleo realmente puede contar una empresa o un país. Las reservas probadas son aquellas compuestas por pozos en los que más del 90 por ciento del hallazgo gasífero se puede extraer y aprovechar; las probables son cuando se puede extraer entre el 90 y el 50 por ciento del contenido del pozo. Las reservas posibles son aquellos pozos en los que menos del 50 por ciento del gas encontrado se puede sacar por diferentes razones, entre ellas que sea más costoso extraerlo que dejarlo allí.
Las reservas probadas de gas natural del país alcanzan para 7,8 años según los cálculos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos al cierre de 2021, pero según los cálculos del presidente y la ministra Vélez, alcanzarían para cerca de 15 años, si se suman las reservas que aún están en estudio.
A eso habría que sumar los tres hallazgos gasíferos anunciados este lunes por Canacol, también en la cuenca del Magdalena: Saxofón 1 y Dividi 1 en el Magdalena Medio, y Chimela 1, también en el Magdalena Medio, en el que también se encontró petróleo.
Por eso, el presidente dice que “tenemos tiempo suficiente de consumo interno para hacer una transición planificada, ordenada, una transición que nos va a llevar a una economía superior”. Al mismo tiempo, en escenarios internacionales insiste en que los compromisos de las COP sean obligatorios en los TLC o créditos con el Fondo Monetario Internacional para descarbonizar más rápidamente la economía mundial, pero este año espera recibir más recursos del sector hidrocarburos para sus planes de gasto.
Más allá de si Colombia logre o no transitar hacia las energías limpias, el debate inmediato es cómo Petro vende reservas que aún no han sido probadas y qué pasará si el país no firma nuevos contratos y las reservas gasíferas con las que el presidente ya está contando resultan ser no probadas.