El danés Bjørn Lomborg saltó a la notoriedad a comienzos de siglo cuando publicó el libro El ecologista escéptico, en el cual planteó una respuesta diferente para enfrentar el cambio climático. Escogido por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del planeta, sostiene que los escenarios más catastróficos sobre el calentamiento global no tienen fundamento y que muchas de las soluciones planteadas hasta ahora para contener el alza en las temperaturas no cumplirán los objetivos propuestos.
Además, dice que para un país como Colombia sería un error abandonar los combustibles fósiles y que técnicas polémicas como el fracking deberían existir en todas partes. Confía en la capacidad de la humanidad para adaptarse a una realidad distinta y sostiene que, si bien hay que enfocarse en energías limpias, sobrerreaccionar puede acabar siendo un error muy costoso.
Invitado por la compañía Promigás al primer evento corporativo de juntas directivas que tuvo lugar en Cartagena la semana pasada, habló en exclusiva con El Tiempo.
¿Qué le respondería a un político que afirme que la raza humana desaparecerá si no hacemos nada respecto al cambio climático?
No es extraño escuchar afirmaciones de ese tipo, pero eso no es lo que dice el panel de expertos de las Naciones Unidas sobre cambio climático. Los científicos señalan que este es un gran problema, lo cual no tiene discusión. Pero el escenario catastrófico según el cual el mundo se va a acabar es infundado. Hay una gran división entre lo que nos dice la ciencia y lo que uno encuentra en los medios de comunicación, que es la visión apocalíptica. Esta no ayuda por dos razones. Primero, porque no es verdad. Y, segundo, porque lleva a los políticos a tomar malas decisiones, que se adoptan en un ambiente de pánico.
"El escenario catastrófico según el cual el mundo se va a acabar es infundado"
¿A qué se refiere con malas decisiones?
Prometer la carbono neutralidad en un tiempo muy corto. Quienes han estudiado el asunto sostienen que ese objetivo podría tomar hasta un siglo en lograrse. De hecho, la Agencia Internacional de Energía muestra que, para mediados de este siglo, los combustibles fósiles todavía generarán el 70 por ciento de la energía que use el mundo en ese entonces. Ello representa una reducción de diez puntos porcentuales frente a los niveles de ahora, lo cual es muy significativo, pero está muy lejos de esa idea de cero emisiones netas. Entonces cuando los políticos hablan de la descarbonización, acabaran haciendo malas inversiones y expidiendo malas regulaciones. Una consecuencia de ello es que la oferta de combustibles fósiles resulte ser muy limitada, mientras la demanda sigue ahí, lo cual va a disparar los precios y golpeará más a los países y a las personas más pobres.
Pero las afectaciones son innegables…
El presidente Gustavo Petro ha dicho que Colombia debería abandonar los combustibles fósiles en un lapso de 15 años. Esa postura, en su opinión ¿es un error mayúsculo?
No quiero comentar sobre el caso colombiano de manera específica, porque no lo conozco en detalle. Habiendo dicho lo anterior, estoy de acuerdo con que el cambio climático es un problema y comparto la opinión de que si pudiéramos remplazar los combustibles fósiles más rápido, sería muy positivo. Pero abandonar el petróleo a nivel global en un periodo de tiempo relativamente corto es absolutamente imposible. Y en lo que atañe a los países quiere decir que se asumen costos muy altos sin resolver en forma sustancial el problema. Entonces uno aspira a que, respetando su ambición, el Presidente entienda que corre el riesgo de que los habitantes pierdan bienestar, sin que eso signifique mucho en materia de disminuir las amenazas asociadas al cambio climático.
En Estados Unidos se acaba de aprobar una ley muy significativa al respecto…
Así es. En términos prácticos quiere decir que, frente a un compromiso de reducir las emisiones en 30 por ciento en comparación con lo registrado en 2005, ahora esa disminución será del 40 por ciento. No discuto que es un paso importante y que al mismo tiempo involucra mucho dinero. Usé los supuestos de la administración Biden y los incluí en el modelo de Naciones Unidas. El resultado es que para finales del siglo las temperaturas promedio bajarían entre 0,016 y 0,0005 grados centígrados, a un costo de 400.000 millones de dólares. Por eso es que, de vuelta a Colombia, la conversación necesita incluir los efectos sobre el cambio climático de un esfuerzo tan significativo como el planteado y el costo para la sociedad. Muy posiblemente la conclusión sea que el objetivo de disminuir emisiones será bastante menor y el sacrificio será enorme.
¿Qué otros casos le pasan por la mente?
El país que más redujo sus emisiones de dióxido de carbono en los pasados diez años fue Estados Unidos, gracias a que el uso del fracking le permitió encontrar gas que a su vez sustituyó al carbón en la generación de electricidad. La lección es que si hay un salto tecnológico que logra encontrar una fuente mucho más barata, el cambio se da, así este haya sido un efecto colateral de una política que buscaba una mayor seguridad energética.
Por cierto ¿qué opina del fracking?
Que debería existir en todas partes del mundo. Si Europa lo hubiera permitido, no estarían alimentando sus plantas eléctricas con carbón ni sufriendo porque Rusia dejó de venderles gas. Algo similar debería pasar en China. Es un primer paso obvio al que seguirán otras innovaciones, como eventualmente la fusión o la cuarta generación de las plantas nucleares.
El actual gobierno de Colombia lo quiere prohibir. ¿Qué les responde a quienes destacan los peligros de usar esta técnica con respecto a sismicidad o fuentes de agua?
Ninguna opción tiene costo cero. Lo que hay que mirar con respecto al fracking son los datos y hacer una buena regulación, para controlar las emisiones de metano, las posibles filtraciones de petróleo o la contaminación del agua, algo que se puede lograr sin que sea un desafío mayúsculo.
Son tecnologías maravillosas. Sin embargo, tienen que ser mucho más baratas que en la actualidad, porque siguen recibiendo subsidios enormes que benefician a lo más ricos, que son los que instalan paneles en los techos de sus casas o compran vehículos eléctricos que cuestan más que uno movido por gasolina. Además, nadie quiere fuentes de energía que a veces están disponibles y otras no, porque el problema del almacenamiento no ha sido resuelto. En 2021 hice un cálculo según el cual la capacidad instalada de baterías con la que cuenta el mundo solo podría suplir la demanda de electricidad por un minuto y quince segundos. Puesto de otra manera, si no hay radiación solar o no hay viento, nos vemos obligados a volver a las opciones de siempre, comenzando por las que dependen de combustibles fósiles. Dicho lo anterior, son parte de la respuesta, pero todavía representan cerca del tres por ciento del consumo global de energía, que va más allá de la generación de la electricidad.
"Nadie quiere fuentes de energía que a veces están disponibles y otras no, porque el problema del almacenamiento no ha sido resuelto"
Usted también ha destacado la capacidad de la raza humana de adaptarse a esta realidad del cambio climático. ¿No es así?
Así lo ha demostrado la humanidad a lo largo de su existencia. Cuando uno examina las predicciones que muestran que tanta gente vive en zonas que se verían afectadas por un aumento en el nivel de los mares, parte del supuesto de que no se hará nada al respecto. Y no es cierto. Basta recordar que el 40 por ciento de Holanda está por debajo del nivel del mar y ese país no se inunda. Desde la época de Babilonia sabemos qué se debe hacer para defenderse de las mareas. Los cálculos hablan de que 187 millones de personas habitan hoy en zonas que se inundarán, pero cuando se incluyen las obras que se podrían hacer el número baja a 15.000. Por supuesto que hay que actuar a tiempo, pero el punto es que sabemos cómo minimizar el impacto y, si el planeta se vuelve más rico, sabrá reaccionar.
¿Qué muestran los datos?
Que como proporción del producto interno bruto mundial el costo de los desastres naturales ha venido disminuyendo. No hay duda de que sin cambio climático caería mucho más rápido, pero esa visión es muy distinta de la de los políticos que nos aseguran que todos nos vamos a morir por cuenta de este desafío.
Usted insiste en que deberíamos actuar de manera más inteligente. ¿A qué se refiere?
Es una palabra que resume la necesidad de mirar esto con cabeza fría para planear las acciones adecuadas. También quiere decir que necesitamos encontrar las respuestas correctas y enfocarnos en las políticas que sirven. Me explico. Si su país queda en una zona de huracanes, sirve mucho más ayudarles a los hogares a tener una casa más resistente que soporte las inclemencias del tiempo que enfocarse en políticas que dentro de décadas disminuirán la intensidad de las tormentas.
¿Qué mensaje final desearía enviar?
Que el cambio climático es uno de muchos problemas que enfrentamos. Probablemente seguirá encabezando las preocupaciones generales y llevará a muchos a creer que es fácil de resolver, lo cual no es así, mientras nos distrae de otros desafíos que debemos solucionar si de verdad queremos hacer de este un mundo mejor.